La mayoría de las veces, nosotr@s somos nuestros peores jueces, y tratamos de bloquear y de reprimir, y por supuesto, de no mostrar, determinados aspectos nuestros.
Con todo ello, lo único que conseguimos es detraer parte, y a veces, gran parte, de nuestra
energía, impidiendo que estemos presentes al 100% en lo que está ocurriendo en cada momento.
Así, parte de nuestra energía y atención se emplea en los bloqueos y en el no mostrar, y la otra parte, en lo que creemos que va a pasar si se nos ve lo que no queremos mostrar, en los juicios y comentarios que harán los demás, en dónde se encuentra el origen de lo que no queremos mostrar, y … cien cosas más. Lo que queda disponible, es lo que empleamos para estar y actuar ante el momento presente.
Es muy importante ser conscientes de que esto nos pasa a tod@s en mayor o menor medida, y que uno de los objetivos del trabajo personal, de cara a evolucionar como personas y como profesionales, es:
1.- Identificar todos y cada uno de los juicios y creencias que hacemos sobre
nosotr@s mism@s….
2.- Darles un lugar y un contexto dentro de nosotr@s mism@s y respetarlo.
3.- Identificar qué tienen de positivo: si digo que no soy buen comercial, porque no soy hablador, por ejemplo, tenemos que ver qué es lo bueno de no ser hablador, y cómo eso bueno, me beneficia como comercial …
4.- Valorar a partir de la identificación de lo positivo, mi singularidad.
5.-Trabajar para mejorar aquello en lo que me pueden limitar.
“El tema no es juzgar o eliminar una parte determinada de uno mismo, ni lo que la representa en el mundo. Lo importante es considerar como estas partes se relacionan en el interno del sistema que las comprende, y cambiar, mejorar, optimizar esta relación“. Jader Tolja